Emilia Pardo Bazán reivindicó un “naturalismo” autóctono, de carácter castizo y propio de la literatura española. “Los Pazos de Ulloa” es una muestra de esta convicción y su obra más destacada. Como otras novelas europeas del cambio de siglo, es la saga de una clase social en decadencia: la aristocracia rural gallega. Dramáticas escenas entre personajes trazados con fuerza, descripciones intensas de una estructura política corrupta, alternan con las evocaciones del campo.